Descripción:
Como muchos de los escritores de la generación de los cincuenta, Lavín combina la escritura con el trabajo editorial y la enseñanza. Alguna vez afirmó que su profesión de bióloga le parecía un impedimento inicial en su formación de escritora. Y no la conformaba saber que Sábato o Musil, Lara Zavala o Leñero provinieran de diversas áreas científicas. Nunca le pregunté cuáles fueron sus promedios escolares, cuestión ociosa, ya que mi imagen de Lavín formula una amplia teoría de su personalidad: misma que parte de su búsqueda de precisión, su interés por conocer e informarse, e ir sumando opiniones, conforme avanzaba en sus lecturas respecto de cada libro que lleva en su bolsa.Defino como su mayor rasgo distintivo su amor por el orden y su ajustado método. Contrasta su minucioso trabajo con la hiperactividad de conejo de Alicia que implica su agenda delirante. Alguna vez me asomé a su página electrónica y confirmé varias de mis tesis: aplicada, obsesiva, Lavín combina una agradable dialéctica entre sus aparentes o domadas timidez e inseguridad que sabe transformar en apuesta. Más claro: cuestión de leer, La más faulera. No hay duda: sabe de lo que habla, describe con plenitud e intensidad el vértigo y la adrenalina, la rivalidad y el objetivo. La necesaria rapidez que Italo Calvino proponía para la narrativa de este milenio, le viene de origen, es parte de su estructura genética. Asimismo es perceptible que Lavín compite preferentemente contra sí misma.
Autor: Lavin, Monica
Editor: Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura Área: Literatura Edición: 1a Año: 2013