Descripción:
Los códices son una de las expresiones culturales más llamativas de los pueblos prehispánicos, aunque en el centro de México no ha sobrevivido ninguno anterior a la llegada de los europeos. Los pueblos indígenas, sin embargo, nunca dejaron de pintar, pues a pesar de la drástica transformación de su mundo, en el siglo que siguió a la caída de Tenochtitlan, los pintores o escribanos mostraron una extraordinaria capacidad para adaptarse. No sólo incorporaron nuevas técnicas y maneras de representar, sino que también plasmaron un mundo cambiante, en el cual todos los estratos sociales buscaron la forma de ajustarse y transformarse, dando lugar a la nueva sociedad novohispana. El Códice Mexicanus es un ejemplo de ese proceso. Contiene secciones muy tradicionales, como los anales históricos, que exhiben una asombrosa continuidad con la antigua tradición de pintar, aunque, al mismo tiempo es un magnífico ejemplo de adaptación, como se pone de manifiesto cuando varios especialistas intentaron relacionar el ciclo de las fiestas prehispánicas con el de las fiestas católicas. Esto demuestra que ambos ciclos siguieron coexistiendo, aunque el mesoamericano lo hizo a escondidas de las autoridades españolas. Pero no todas las adaptaciones funcionaron, es lo que sucedió en cierta sección del códice, donde un especialista en el calendario prehispánico intentó incorporar en la cuenta indígena el cambio gregoriano que se le hizo al calendario europeo, para unos meses después darse cuenta de que su intento fue un fracaso.
Autores: María Castañeda y Michel R. Oudijk.
Publicado en 2021
Dimensiones: 22 X 28 X 3 cm. / 1500 g.
Coeditor: Instituto de Investigaciones Antropológicas
ISBN: 978-607-30-2569-0